martes, 26 de abril de 2011

Nos estamos esperando

Fue un flash, un rayo, una fracción de segundo. La frase "nos estamos esperando" sonó en mi pecho y pude leerla a la ves suspendida en el aire en letras rojas. Todo en ese preciso instante. Levante la vista para ver quien la había dicho, pero no vi a nadie, o si, vi todo. Una ciudad en constante movimiento y hacinada de gente, autos, edificios y poco cielo. Podrían ser todos y ninguno. Pero no. La voz fue clara: "Nos estamos esperando" . Desde que termino mi ultima relacion de pareja, imendiatamente tuve la certeza que lo que seguía era un prolongado tiempo de soledad. De esa soledad que te lleva al profundo conocimiento personal y te muestra quien sos y lo contrasta con quien uno cree que es y lo que los demas perciben. Esa soledad que te muestra la hoja en blanco de un cuaderno donde esta todo por escribirse. Esa soledad que hay en un terreno limpio para poder edificar ese sueño que nace en el corazón, se planea y moldea en la mente y se construye con las manos. Nos estamos esperando. Alguien me avisó que esta ahí, preparandose, y me incluye en ese camino que en algún momento me cruzará con el del otro. Un camino que tal vez ahora corran paralelos... como el de una avenida, pero con ambos carriles que circulan en el mismo sentido. Tal vez los caminos se hayan cruzado ya... tal vez no. Nos estamos esperando. Como si el tiempo fuera la levadura de lo que terminara siendo un manjar, una sola cosa que antes eran varias. Como si cada uno debiera terminar de pulir ese pedazo de carbon, dejar que la presion y todos los factores que intervienen en esa alquimia transformen algo oscuro y aspero, en algo brillante, transparente y precioso como un diamante. Como una espera para que los trozos del pasado que debemos desechar, queden en ese camino, y lleguemos al encuentro con el equipaje liviano, cargando solo con la potencialidad de comienzo, con toda una experiencia acumulada y con todo por dar y recibir. Nos estamos esperando, mientras tanto, cada uno debe conocerse a si mismo. Ser, Hacer y luego, Tener.

sábado, 16 de abril de 2011

Alguien lo escribió por mi

Se llama Hector Garcia (@kirai), es español, vive en este momento en Japon y coincidimos en algunos gustos. Uno de ellos es ser mensajeros de algunas experiencias. Aqui esta su Hansei, que lo disfruten

sábado, 9 de abril de 2011

No es casualidad.

Esta tarde miraba una película, cuando aparté la vista de la pantalla y en el trayecto de mis ojos me cruce con el iPod e involuntariamente lo encendí, abrí el tweetdeck y ahí la vi. No era solo una foto de un atardecer en el campo. Era un momento mágico, mío, hace 18 años. Una sensación que ya sentí varias veces en la vida, lo que algunos llaman la conexión universal. Ayer volví a leer El Aleph y creo que eso que describe Borges esta al alcance de todos. Hace 18 años, era también sábado y el sol, ya empezaba a estirar las sombras. A esa hora, el trabajo en el campo se va terminando y solo queda acomodar las herramientas y los galpones, asegurarse que los animales no estén sueltos y algunas tareas menores más pero no menos importantes, al otro día, no se debe perder tiempo. Luego un baño profundo (porque la tierra incursiona en lugares que en la ciudad no alcanza) y el vermouth con chacinados, quesos, dulces y panes caseros. Ese día era calmo, una brisa suave hamacaba las hojas de la soja bien alta y si voluntariamente desenfocaba la vista, era un autentico oleaje de mar esmeralda. Una hilera de añejos eucaliptos y algunos sauces y paraísos jóvenes me rodeaban y el silbido del viento entre sus follajes sonaba como una canción de cuna con el mismo efecto del melancólico sonido de la lluvia fina. Estaba sentado en el guardabarros de un tractor en desuso que gallinas, gallos, pollos y patos usaban de parque de diversiones y para esconder sus tesoros. Ahí mismo encontré huevos, huesos y ramas. Elegí el guardabarros que me dejaba justo frente al lugar donde el sol se escondería en los siguientes minutos. Busqué la posición más cómoda. Recosté mi espalda sobre la cabina desde donde se conducía el tractor y mire fijo al sol. De chico, me habían dicho que no lo hiciera porque podría traerme problemas a la vista, pero desobedecía el mandato, y cuando tenia la oportunidad, lo hacia. Me acostaba boca arriba bajo el Sol con los ojos cerrados y lentamente los abría. Primero, todo alrededor de nuestra estrella iba desapareciendo, oscureciéndose y lo único que se veía era un disco amarillo que iba pasando al verde, al celeste, al azul y solo aguantaba mirar hasta que se ponía negro. Luego debía cerrar los ojos y por un largo rato no veía nada. Pero al atardecer y a esa edad, 21 años, ya no tenía el mismo efecto. Soportaba más. El sol estaba enorme y a medida que descendía, se acercaba más rápido al horizonte. En ese lapso, sentía que mi cuerpo se expandía y todo se iba integrando a mi, o yo al todo. En mi mente, ya no solo se escuchaban mis pensamientos que iban quedando lejos y callados, había murmullos indefinidos, no eran voces claras, sino murmullos. Sentía el sacudón en el pecho de cada latido de mi corazón, al mismo ritmo del viento y del movimiento de las hojas de la soja que estaba esperando que el Sol se sambullera en ella. Todo estaba perfectamente coordinado como una gran orquesta. Si extendía mis brazos, podía rodear la tierra y abrazarla, como si yo fuera inmenso y el planeta, solo una pelota inflable que venden en los patios de juegos de los Shoppings. La sensación me llevaba mas lejos... podía sobrevolar la tierra y maravillarme desde arriba con los cursos de los ríos, los caminos entre montañas nevadas, las formas de los lagos, los frondosos bosques tropicales, las pirámides doradas de Egipto y simultáneamente, las de Asia y México. El olor era bien definido. Era olor a oxigeno limpio... no me pregunten como lo sabía. Pero era una certeza en mí. Olía, en todo el recorrido, a oxigeno puro. Minutos atrás se mezclaban los aromas del gallinero, el maíz de los silos, las porquerizas, las jaulas de los conejos, algún humo de pastizales lejanos encendidos...Pero en ese trance, olía a Oxigeno. Luego de ese vuelo mágico, otra vez me quedaba frente al sol y ahí me encontraba conmigo, con mi alma y me invadía una conmovedora paz. El alma, me contaba cosas. Y yo volvía a sentir el recuerdo de mi niñez de mi mamá, o mis abuelos sosteniéndome en sus faldas, abrazándome y contándome historias de su infancia o cantándome olvidadas canciones del sur de Italia. Un estado de seguridad, paz y felicidad infinita. Nada sabía en ese momento de meditaciones, viajes astrales o cualquier disciplina o tradición espiritual. Aun desconozco, aunque se que existen y soy curioso, pero en esa época yo era muy terrenal. Músculos, Huesos, Piel y si, un espíritu... bastante oculto. Pero estaban estos momentos, que hoy, una foto de @monigps me hizo volver a vivir.
Aquí la foto.

viernes, 8 de abril de 2011

Y si Es el que es?

Cuanto miedo se puede tener a que esa persona sea tal cual se muestra, tal cual se ve. Tal vez no cierre su personalidad y sientas que va a fallar en algo, pero, si Es el que es? Si lo que se ve, es eso y no otra cosa como una pose, un personaje o una farsa más?. Si tal vez, de verdad, haya alguien comprometido que dice lo que hace y hace lo que dice?. Que no le preocupa verse indefenso, frágil, transparente, dócil y resultar ser valiente, determinado, soñador y paciente a la vez. Que cuando halaga no sea ni mas ni menos que un halago. Ni adulación ni sarcasmo. Y si de verdad regala elogios y no es para seducir ni enamorar? Si solo quiere que cuenten con él porque su felicidad esta en la felicidad de los otros y es así y nada más? Si decidió ver el lado bueno, si eligio no solo ser bueno, sino también parecerlo? Si es tan simple, que se complica entenderlo? y si es tan humano como imperfecto? Y si amara tanto hasta dar la vida? daría miedo. A mi me lo daría.

miércoles, 6 de abril de 2011

En caso de emergencia escriba en el blog

Bs As, Colegiales, 13:18hs
Hoy se me cruzo la idea de que a veces desde mi boca, paradojicamente
para un locutor, no salen las palabras correctas para expresarme y si
ocurre cuando las escribo. Me di cuenta mientras chateaba con un
contacto esta mañana. Elogiaba este contacto en pocas palabras, mi
forma de ser, y me aseguraba que sentía el impulso de conocerme.
Inmediatamente caí en la cuenta que me he relacionado con muchas
personas con las que comencé por email, teléfono o redes sociales, ya
sea por trabajo o por afinidad y la imagen cambiaba después del
encuentro. Estoy convencido que la vida 2.0 inevitablemente muestra
una parte mas sensible que la analógica al obligarnos a poner en
palabras escrita, lo que en persona ponemos con los gestos. Algunos
pueden diferir con esta particular observación que hoy sale de mi, y
problablemente me convenzan que no es la exacta, pero es mi pequeña
concepcion de mi mundo. Aclaro que prefiero una mueca en la comisura
de los labios, una mirada con ojos que desnudan el alma y el rubor de
mejillas, a lo que una tipografía y su color transmiten. Deberé
esmerarme mas en el frente a frente y ser monosilábico en la net, para
sorprender.

martes, 5 de abril de 2011

Esta y no la veo.

Martes 5 de abril, 2011, 5:56 am


La mujer que amo no tiene rostro ni cuerpo
Es presencia y esperanza
Enamorado de la nada y todo
El tiempo separado del espacio
No se si es pasado presente o futuro
Pero esta aquí y no la veo
Solo hay que esperar que se cruce el momento, con el lugar
Sin buscar, solo dejarse encontrar, solo encontrarla.
La siento cerca pero no se quien es
La amo sin ver su sonrisa y sus ojos
Sin abrazos ni caricias,
La extraño sin tenerla, sin contacto,
sin piel, la amo sin verla.


Esta junto a mi cama al despertar, a mi lado al caminar
y ya esta en casa al retornar.
Presencia sin voz, sin perfume, sin roce
Invisible y tan sensible
Este amor es el escudo y la lente de mi corazón.
Veo todo detallado alrededor y soy ciego de este amor.
Estado de enamoramiento constante, todo tiene el color del amor.